Las flores
¿Utilizas las flores de Bach?
¿Qué son estos maravillosos remedios?
Hablamos mucho sobre el equilibrio emocional, la armonía mental, la buena alimentación y el bienestar físico, ¿pero hasta qué punto somos conscientes de lo que esto significa?, ¿hasta qué punto nos involucramos e invertimos en nuestro proceso de SANARNOS realmente?, ¿o es que tenemos que estar verdaderamente mal para darnos cuenta?
No nos referimos solamente a la enfermedad que ya se ha manifestado físicamente, sino también a nuestras emociones y a nuestros pensamientos negativos que nos aplastan, nos deprimen, nos torturan, nos invalidan y nos llevan a la desesperación. Nos pasamos la vida mirando hacia afuera, bien juzgando o culpando a los demás, al sistema o a las circunstancias, y también sintiéndonos culpables o reprochándonos no haber hecho esto o lo otro… ¡pues sí! Todas esas emociones también pueden matarnos, silenciosamente nos van envenenando.
La angustia ante lo incierto, los problemas no resueltos, el miedo a no ser capaz, la desesperanza, el remordimiento, el tragárselo todo para evitar males mayores, o el no saber enfrentarse a los problemas, la rabia contenida o desatada, la venganza o la vergüenza, los complejos, la mentira, los celos expresados o no, CADA UNA DE ESTAS EMOCIONES TIENE SU BIOQUÍMICA, es algo de lo que los científicos ya han constatado: todo nuestro sistema está interconectado, hoy en día se le llama psiconeuroendocrinoinmunología.
La salud no es un estado, es un proceso, un camino de consciencia, y de observación de uno mismo (mirarse uno hacia dentro). La salud no se compra, no se vende, la salud es una responsabilidad que uno mismo asume para mejorar la calidad de vida, tanto por dentro como por fuera. Siempre puedes reforzar tu salud si trabajas con tus emociones y tus pensamientos.
Los grandes médicos que durante siglos han trabajado para la totalidad del ser humano como fue el Dr. Edward Bach que dedicó toda su vida a la investigación y descubrió un gran y maravilloso sistema llamado los 38 REMEDIOS FLORALES que abarcan toda la amalgama de estados emocionales del ser humano.
¿Cuánto tiempo tenemos que mal vivir para darnos cuenta de que las emociones modifican nuestro sistema inmunológico?
Las Flores de Bach llevan vigentes desde hace más de 75 años, su uso se ha expandido por todo el planeta desde que en 1983 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconociera su eficacia y recomendara a los estados miembros su utilización.
Personalmente conocí este sistema en el año 1990 a través de la terapeuta Ana Landa cuando llegó a Tenerife para transmitir este conocimiento. Desde ese momento me enamoré de este maravilloso sistema terapéutico, así que en 1992 me fui al centro de Bach en Inglaterra donde realicé mis primeros estudios. Luego continué en lo que era el recién estrenado centro de Bach en Barcelona, acabando allí mi titulación como “practitioner” en 1994.
Han pasado los años y doy gracias a tanta gente que ha confiado en mí y que a su vez me han ayudado a profundizar más y más en esta gran terapia.
¿Cómo funcionan?
En primer lugar es necesario apuntar que cada persona es un ser único y especial, que vive su existencia a través de su propio sistema de creencias, su relación con el trabajo, los hijos, pareja, etc. Es fundamental realizar un diagnóstico profundo y personalizado para poder elegir las flores adecuadas para su tratamiento, ya que nunca hay dos personas que reaccionen exactamente de la misma manera, por eso la ayuda más efectiva será siempre la de seleccionar los remedios de manera individual en lugar de generalizar.
Las flores actúan de forma vibracional, potenciando y activando sutil y profundamente las cualidades y virtudes que han sido bloqueadas. De esta manera se va paulatinamente tomando conciencia del surgimiento de un bienestar, un cambio y una transformación de las emociones negativas.
Las flores de Bach ayudan a que los sentimientos y estados de ánimo negativos emerjan y se desbloqueen observando cómo se ha producido el desequilibrio y sus causas, transformando y despertando así una nueva visión de sí mismo, actuando con más seguridad y armonía ante la vida.
Las flores son efectivas, y ellas estimulan nuestro cuerpo energético y emocional, ayudándonos a conocernos a nosotros mismos, tomando conciencia de nuestros recursos internos.
Los milagros ocurren de verdad cuando hemos puesto nuestra voluntad de sanar. Sería una hipocresía decir que las cosas suceden sin ningún esfuerzo, todo en este universo necesita de ese motor energético, del empuje, de eso que llamamos voluntad, para realizar una transformación. El querer sanarnos es un acto de amor hacia nosotros mismos.
Se me olvidaba añadir que estos remedios los pueden tomar todos: bebés, niños, adolescentes, adultos, ancianos, embarazadas, enfermos terminales, incluso nuestros animales domésticos….