Transformando al ser.

 

 

A través de todas las civilizaciones que nos han precedido, el cielo ha sido objeto de observación e investigación hasta el día de hoy y la Astrología ha ido evolucionando a través de los tiempos al igual que la conciencia humana. La Astrología no puede ser explicada por un único marco teórico sino que debe ser vista contra uno religioso, filosófico, psicológico, histórico, social y político. Ha sido un reflejo del tiempo que cada cultura vio y creyó ver en los movimientos celestes y que cada cultura formuló entre el cielo y la tierra.

 

Desde que el ser humano existe en el planeta Tierra siempre se ha conectado con la visión de los astros.

 

Fueron los Sumerios hace unos 4.000 a.c. quienes dieron el paso definitivo en descubrir y dejarnos la evidencia Astrológica  inscrita en sus tablillas de arcilla “ mul.apin”,  los ciclos y  movimientos en el zodiaco y sus orbitas  de los planetas: Saturno, Júpiter, Marte, Venus, Mercurio y la Luna. Los que formularon y definieron matemáticamente nuestro zodiaco fueron los Babilonios.

La Astrología no es una creencia, ella estudia la relación intrínseca entre el cielo y la tierra y ubica  al ser humano como parte integrante del cosmos y no separado de él.

 

La Astrología  muestra la dinámica existente entre el cosmos  y la psique de tal forma que refleja la coherencia ordenada y profunda de la vida. Algo así como que “la vida tiene un sentido”.

La Astrología evidencia que pertenecemos al universo y como parte de él nos ayuda a comprender “quién soy yo” y “qué hago aquí” y como proceso evolutivo intrínseco  del universo en su totalidad tarde o temprano entramos en una comprensión más profunda del Yo para ser más libres y más felices.

No adivina el futuro y tampoco es determinante. Nos ayuda a encontrar un sentido de la unidad en los “ciclos de la vida” como participante de ella y no como una pluma azotada por el viento sin dirección ni sentido. 

Siempre expongo un ejemplo: si existen en la naturaleza  las 4 estaciones del año donde hay primavera, verano, otoño e invierno y nosotros formamos parte de ella, también tenemos nuestros ciclos  estacionales con nuestro comportamiento de expansión y de introspección, momentos de alegría y momentos de dolor porque no existe ni lo bueno ni lo malo, como si  los planetas fueran causantes de nuestros malestares o bienestares, no hay influencias malas ni buenas. Existe una correspondencia empírica, vibratoria  y coherente entre lo Astronómico y lo humano porque nuestro sistema solar es una estructura cíclica, perfecta e inteligente y nosotros formamos parte de él.

 

 

Por ejemplo  el ciclo de Saturno que posee un periodo sideral de 29,5 años transitando un promedio de 2,5 años por signo zodiacal. El señor de los anillos llamado el Dios Cronos por los griegos, medía el tiempo.

 

 

 

 

En Astrología su influencia marca ciclos críticos de crecimiento y madurez  cada vez que transita por un signo zodiacal, razón por la cual se le ha llamado injustamente el gran maléfico.  A diferencia de hace siglos  atrás que los malos  momentos  se achacaban a una maldición, mal de ojo, mala suerte,  o culpa de algo o alguien,  hoy en día somos más conscientes de la ley de Causa y Efecto y toda acción tiene su reacción o como  decía un Gran Maestro “lo que siembras así  cosecharás”. Está  claro que somos  responsables de nuestras palabras, obras y pensamientos y  cuando no somos conscientes  de ello tampoco queremos ser responsables de sus  consecuencias y  entramos en profundas crisis  y sufrimiento por falta de entendimiento. Son momentos para madurar sí o sí y probablemente nos causarán  más o menos dolor dependiendo de nuestra más o menos  conciencia sobre nosotros mismos. Saturno nos aporta la evaluación de las experiencias duras para que nos liberemos de la ignorancia y seamos más dueños de nuestro destino.

 

Así cada planeta reflejará sus características particulares y sus tendencias como reflejo de nuestro Ser, igual que sus dificultades con el sentido que esto tiene para nuestra evolución.

 

 

 

               

 

 

                                                      

¿Cuáles son las verdaderas dimensiones de la Astrología?

  “SI YO CAMBIO, CAMBIO MIS CIRCUNSTANCIAS”

                                                                                                    

                   “VIVIR INCONSCIENTEMENTE O CONSCIENTEMENTE”

 

La Astrología puede servir de muchas maneras: para los que desean que se les adivine el porvenir y no toman parte de su responsabilidad, o se puede  utilizar su real dimensión que es  para ayudarnos a descubrirnos  a nosotros mismos y darle un verdadero significado a la vida.