Como bien indica su nombre, es el mapa cósmico o ADN energético que ha quedado impreso en nuestro cuerpo éterico en el momento que realizamos nuestra primera respiración al nacer y que es una guía para nuestra vida, y aquí hago referencia al gran axioma de los planos de correspondencia: “Como es arriba, es abajo, como es abajo, es arriba”. Incorporando la verdad hermética de que existe una armonía, un ritmo, un acuerdo y correspondencia entre varios planos de manifestación, vida y ser.
La Carta Natal somos “nosotros mismos”, ésta se encuentra descrita en su rica simbología planetaria en sus posiciones por signos, casas, aspectos y elementos que ayudan a descifrar el potencial que tenemos cada uno de nosotros. El universo es inteligente.
“Cada persona es un ser “celestial” y sólo se beneficia si se tiene la motivación la fuerza y el coraje de defender la verdad de su “SER” para cumplir con su lugar y función en esta tierra.” Rudhyar Dane.
Esta nos ayudará a entender mejor cuáles son nuestras estructuras internas, psicológicas, emocionales y mentales, las pautas de nuestra personalidad, partes nuestras que no han sido reconocidas, negadas o reprimidas que nos afectan inconscientemente creando situaciones complejas en nuestras vidas o inhibiendo su plena manifestación, los modelos familiares, la socialización, nuestras relaciones personales y sexuales, orientación profesional según aptitudes y capacidades, nuestra relación con el cuerpo y salud. Las posibilidades de comprensión sobre la vida, la evolución física, mental, emocional y espiritual del ser humano que puede proporcionar una Carta Astral son infinitas, y como ya mencioné, cada ser es único y especial, por ello cada lectura de carta también lo será.