Beech haya
La crítica sin sensibilidad es una espada que daña a los demás, pero en realidad mutila al propio amo.
Es un árbol majestuoso, ornamental, su altura puede llegar hasta 35 metros, su madera de color rojizo es muy apreciada por la delicadeza de sus nudos. Crece formando puros bosques de hayas dando un fruto comestible llamado hayuco. Con su tupido follaje y tamaño de sus copas no permite el paso de la luz y su supremacía y dominio apenas permite que la vida crezca a su alrededor, no por esto deja de ser un árbol lleno de historia. Los antiguos europeos del norte escribían sus runas mágicas en la corteza de Haya, y las primeras letras impresas por Gutenberg fueron escritas sobre el papel blanco de la madera de este árbol. Los Druidas conjuraban a los espíritus con las varillas hechas de Haya, y los Indios del bosque obtenían un extracto de la corteza del Haya con la que trataban las enfermedades de la piel. Los Hayas, con sus copas abovedadas, fueron el modelo arquitectónico para las catedrales góticas, con sus altas columnas y sus bóvedas ojivales.
Comprender en vez de JUZGAR es la llave de oro que abre el reino de los cielos.
El DR. BACH preparó la floreciente rama utilizando la potenciación mediante el método de ebullición. El remedio proporciona a la personalidad el impulso necesario para transformar las características negativas de la tendencia a criticar, intolerancia y arrogancia frente a aquellas cosas que no son como “DEBERIAN SER” en un estado BEECH POSITIVO, de modo que los pensamientos, los sentimientos y las acciones estén regidos por una verdadera tolerancia, compasión y comprensión.
BEECH está representado por el arquetipo de “la Intolerancia”. Este nos remite al complejo psicológico de la diferencia. La no aceptación del ser humano a lo que es imperfecto y diferente con actitudes intolerantes, arrogantes y críticos, a la incapacidad de comprender la diferencia de opiniones, la ineficiencia o incapacidad ajena.
¿Verdad que al leer esta flor nos decimos mentalmente?: que va yo no soy así!
* Vamos a realizar un pequeño ejercicio de humildad, podemos hacerlo en silencio así nadie nos oye, así nadie puede juzgarnos, solo observarnos a nosotros mismos concienzudamente*
¿Mentalmente encuentras con facilidad los defectos y las debilidades de los demás?
¿Sueles dirigirte con palabras hirientes y demoledoras cuando estas enfadad@?
¿En las conversaciones con otros registras automáticamente los errores del otro?
¿Eres una persona crítica que rápidamente ves las cosas que se pueden mejorar?
¿Te cuesta aceptar a los demás tal y como son, siendo hipercrítico y duro en tu pensamiento para con ellos? Y ¿si se lo comunicas puedes llegas a ser altanero y arrogante?
¿Te enfadas o te irrita la ignorancia de los demás, sus tics o sus manías?
¿Sueles tener pensamientos despectivos sobre los demás?
¿Te cuesta expresar tus verdaderos sentimientos amorosos como: “te necesito” o “te amo”, porque esto es vivido como ser débil?
¿Tienes dificultad en ponerte en el lugar del otro, y entender que quizá no ha tenido en la vida las mismas oportunidades y experiencias que tú?
¿Tienes la convicción de que marcando los defectos ajenos estas ayudando al otro a mejorar y corregir defectos?
¿Tienes un profundo rechazo para todo lo que es superficial?
¿Tiendes a buscar siempre la exactitud, el orden y la disciplina?
El problema es más agudo cuando la rigidez y la tensión mental comienzan a expresarse a través del cuerpo como rigideces, sobre todo la mandíbula inferior y parte superior del pecho, igualmente se puede sufrir de insomnio, soledad por su tendencia critica, se privan ellos mismos de la compañía amistosa y tolerante de sus semejantes, problemas digestivos, alergias y enfermedades de la piel.
CASOS:
Mujer de 35 años. Directora de una empresa. Vino a la consulta por insomnio y manchas rojizas en la piel sobre todo en la cara cuando se irritaba. Era una persona muy capaz, responsable, ordenada y disciplinada pero también excesivamente crítica con los demás. Su problema era que no entendía por qué sus empleados no eran tan capaces como ella, que estaba atenta a todo. Se irritaba con frecuencia y se sentía superior a los demás, en consecuencia se le llenaba la cara y el cuello de manchas rojizas de las cuales sufría una gran vergüenza. Se le dio Beech para su intolerancia y Crab Apple (Manzano Silvestre) para las manchas de la piel y la vergüenza. Tomó los remedios durante cierto tiempo. Mejoró su insomnio y poco a poco comenzó a reconocer su intolerancia porque su manera de ver a otros había cambiado y su irritabilidad comenzó a disminuir. Crab Apple le ayudó a disminuir sus rojeces pero lo más importante fue su cambio de actitud y comprensión consigo misma.
¿Somos capaces de observar que estas actitudes negativas son venenos para nuestro cuerpo y nuestro espíritu?
La acción benéfica de esta esencia floral es: Aprender que la perfección no es garantía de felicidad. La de respetar el hacer y el decir de los semejantes. Ayuda a agudizar nuestra visión interna y percibir nuestros propios defectos y debilidades siendo comprensivos y compasivos con ellos, primer paso para LA TRANSFORMACION Y LA LIBERTAD INTERIOR.
Dr. BACH dijo: este remedio sirve para que frente a las cosas que parecen equivocadas, adquieran la capacidad de ver lo bueno que surge dentro de ellas. Así podrán ser más tolerantes, indulgentes y comprensivos de los diferentes caminos que cada individuo y todas las cosas recorren en dirección a su propia perfección final.
Les agradezco de todo corazón vuestros comentarios y preguntas que me envían a mi g.mail. Como siempre seguiré atendiéndoles encantada. Abrazos de LUZ.